El futuro ya no es lo que era,
el futuro ya no es loquera.
El futuro llano, es loquera. El futuro llano es.
El futuro ya no es.
Loquera
m A m E
Dicen que que cada civilización imagina su futuro de manera distinta. dependiendo su concepto particular del tiempo. Para la mayoría de las civilizaciones humanas, el futuro es el momento de la línea de tiempo que todavía no ha ocurrido; dicho de otra manera es una abstracción que bien puede ser anticipada, predicha, especulada, postulada, teorizada, calculada en incluso diseñada (dicen algunos) a partir de datos en un instante de tiempo concreto. En la relatividad especial, el futuro se considera como el futuro absoluto, real o el futuro del tiempo, lo cual puede ser una mala noticia para los que creen en el libre albedrío.
En física relativista, el tiempo se concibe como una cuarta dimensión. Si se fija un evento del espacio-tiempo y observador concreto, se divide el espacio-tiempo en tres regiones (futuro causal, pasado causal y eventos no relacionados causalmente), separadas por el evento del presente. En estos términos el futuro causal es real pero incierto, es tan solo un conjunto topológico construido a partir de líneas de tiempo sobre el espacio tiempo curvo, es decir geodésicas emergentes. Lo que provoca que teniendo dos observadores diferentes, sus futuros causales difieren por lo que el futuro no es una región absoluta, definida con independencia del observador. Lo que podría agradar a los que creen que el futuro no está determinado y que somos en un sentido filosófico los forjadores de nuestro propio destino. Pero el futuro no es tan simple.
Debo admitir que me empecé a interesar en el futuro tras mis primeras lecturas, a los 6 años conocí el concepto de las profecías en la biblia para niños, pero también en los libros de mitología griega las profecías parricidas sobre Zeus o Edipo. La idea de poder ver el futuro me fascino inmediatamente, pero pronto a través de los programas de tv y películas, descubrí un concepto aún más increíble: el viaje en el tiempo. Consumí todo lo que los medios tenían para hablar sobre el viaje en el tiempo, sobretodo con la serie Viajeros en el tiempo (Voyagers!), en la que pude ver a uno de los viajeros tratar de convencer al capitán del Titanic de que chocarían con un iceberg. También vi a Pedro Picapiedra quedarse dormido 20 años (yo totalmente ignorante de la historia de Rip van Winkle) para ver a su hija adulta casarse con el repartidor de periódicos. Fue con esa historia que caí en cuenta por primera vez en mi infancia que yo ya viajaba en el tiempo en todo momento, viajo hacia el futuro como Pedro Picapiedra, solo que el viajo 20 años dormido y cuando despertó era un anciano y se había perdido 20 años de vida.
Fue por ahí de los 7 que descubrí lo cómics de superhéroes y con ello al capitán américa, quien al igual que Picapiedra viajo al futuro, después de haber sido congelado por más de 4 décadas, pero su cuerpo no envejeció como el del cavernícola pues fue preservado en el hielo. De manera que el superheroe de la segunda guerra mundial pudo pelear hombro con hombro al hombre araña en el presente.
El tema del viaje al futuro y al pasado se volvió tan recurrente en los medios que acostumbraba, vi la serie de los 60, el túnel del tiempo, vi las películas clásicas de la máquina del tiempo basadas en la novela de HG Wells; pero fue la trilogía de Volver al futuro sin duda la primera película en la que el efecto mariposa o el caos que puede provocar un viaje en el tiempo se me hizo evidente. Y es curioso que fuera esa película la que me lo mostrara por primera vez porque al mismo tiempo está llena de errores e incongruencias en la línea de tiempo, que a mis 8 años de edad aún no era suficientemente educado para poder percibir.
Cambiar el pasado siempre ha sido un sentimiento muy humano. Quizás sea tan viejo como el arrepentimiento mismo. En nuestra lengua decimos que el hubiera no existe, pero es simpático que en la lengua castellana tengamos un tiempo específico para referirnos al pasado posible. En México decimos que el hubiera es el pasado pendejativo del verbo haber.
Ante la imposibilidad tecnológica de viajar al pasado y las consecuencias terribles que pudiera tener el cambiar la línea de tiempo que nos precedió, al grado de borrarnos de la existencia o causar una paradoja temporal.
En la filosofía del nunca tiempo, el eterno presente es la creencia de que solo el presente existe y que el futuro y el pasado son inexistentes. Así nos sentimos al menos nos seres humanos muchas veces cuando una situación nos rebasa como por ejemplo cuando somos padres por primera vez y solo podemos vivir en tiempo presente todo el tiempo. Yo recuerdo en cambio que al ser niño y adolescente me entretenía en las noches antes de quedar dormido, fantaseando como seria el dia siguiente, me anticipaba a los detalles más insólitos, e imaginaba de pe a pa como seria todo el dia de mañana.
Y es que el futuro es mas atractivo para algunos que el pasado, el futuro aparenta tener posibilidades infinitas, aparente ser libre aun en formación, aparenta ser maleable, nos da la apariencia de poder de cambio. Y quizás no sea del todo asi, quizas este igual de determinado que el pasado.
Algunas religiones consideran el futuro cuando tratan temas como el karma, la vida después de la muerte, y las escatologías, que estudian cómo será el fin del tiempo y del mundo. Algunas figuras religiosas, como los profetas y adivinadores han alegado poder ver el futuro.
Los estudios del futuro o la futurología es la ciencia, arte y práctica de postular futuros posibles. Los modernos practicantes subrayan la importancia de los futuros alternativos, en vez del futuro monolítico o único, y los límites de la predicción y la probabilidad frente a la creación de futuros posibles o preferibles.
¿Que seria de nuestro mundo moderno, sin la visión futurista de autores como Mary Shelley, Edgar Allan Poe, Julio Verne, H.G. Wells? ¿Viviríamos un mundo más distópico que el que vivimos si no fuera por la anticipación de George Orwell, Aldous Huxley o Ray Bradbury? Quizás las personas de nuestro tiempo le daban mas al pesimismo de Orwell que al optimismo de Verne
Durante el siglo XX el futuro mas optimista es el que nos vendieron los gringos en sus novelas, programas de tv y películas. Los más grandes avances de la sociedad americana se predijeron antes en sus pantallas y páginas de libros. Hace un par de décadas que percibo ese optimismo esta fracasando. El futurismo gringo ya no da más que para superhéroes. Las mejores historias de ciencia ficción de los últimos 20 años como Arrival, son escritas por chinos y llevadas a la pantalla por franco canadienses.
Mientras tanto en México nuestra propia voz sobre nuestro futuro como sociedad es muy tímida, existe un nicho de escritores de culto que han creado nuestro propio imaginario sobre el futuro de México, pero hasta el momento la anticipación no ha sido tan optimista como la de Verne ni tan pesimista como la de Orwell. Tenemos en el cine exponentes como los de Nuevo Orden que parecen plagiados de algunos cuentos de Bradbury y solo causan terror de clase. Dejo aqui la pregunta abierta: ¿Como imaginamos los mexicanos nuestro futuro?
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