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miércoles, mayo 28, 2008

SOLIDARIDAD: EL NUEVO PARTIDO DE LOS SLIM




“Lo único que me falta es un partido político”, solía decir en cenas y reuniones privadas el empresario Carlos Slim. Hoy, el hombre que lo puede comprar casi todo, difícilmente encontrará quien le crea eso de que le falta un partido.

Por: Reorte Índigo
03-Mayo-2008

Y es que la familia Slim está terminando de preparar su propia plataforma política. Se llamará Partido Solidaridad.

La franquicia de “Solidaridad” fue “comprada” recientemente en el

mercado de la “segunda división” de la política mexicana mediante la adquisición de una asociación política previamente constituida.

Y es que en México, para hacer un partido político, se requiere de una asociación política y reconocida por el IFE. La única que estaba en venta, y que más o menos cumplía los requisitos de afinidad ideológica, era la Unión Nacional Sinarquista, una vieja organización que agrupaba lo que quedó de los fieles seguidores de la tradición cristera que lucharon por la libertad religiosa en la época de Lázaro Cárdenas.

Su jefe fue Salvador Abascal, padre de Carlos Abascal. Y sus miembros eran los que alguna vez, por su condición humilde y su carácter dogmático y hasta fanático, fueron llamados “fascistas de huarache” por el historiador Jean Meyer.

Desde el año pasado, los sinarquistas habían entrado en tratos con una fracción del Yunque que se había escindido del PAN con la idea de crear el Partido Humanista.

Tenía que ser así, porque pensar en constituir una nueva asociación política hubiera hecho imposible que los Slim tuvieran su partido antes de 2009. La nueva Ley Electoral, mejor conocida como Ley Beltrones, lo impide.

Aunque Carlos Slim niega su participación en Solidaridad y alega que todo esto es cosa de su hijo Patricio, nadie se lo cree.

Para creerle ese cuento, se necesitaría ser tan ingenuo como los que todavía creen que Aladino y su lámpara maravillosa existieron alguna vez. Sobre todo porque Patricio Slim ya anda ofreciendo a algunos personajes políticos diversas candidaturas, entre las que se incluye la de la Presidencia de la República.

Por otra parte, aunque los Slim cuentan con los recursos financieros suficientes para no requerir la participación de socios, en esta aventura política no van solos.

Al menos presumen que tienen socios relevantes como Lorenzo Servitje, dueño de la empresa Bimbo. Y aunque Patricio Slim no acostumbra salir al reflector apadrinando el proyecto, a veces se deja ver con sus aliados.

Como en noviembre del año pasado, cuando se presentó en la Hacienda de Los Morales para encabezar junto a Servitje, Vicente Segú y Guillermo Velasco “el deseo de unir voluntades ciudadanas que contribuyeran a liberar al D.F. de los gobiernos del PRD”.

En la página yoinfluyo.com también aparece Patricio como expositor en un evento internacional patrocinado por Familia Unida, que es la fundación que él apoya.

¿Qué razones pudieron haber movido a estos empresarios para adquirir la franquicia de un nuevo partido político? ¿Por qué apoyar a un partido que le haría la competencia al PAN? Las explicaciones que se han dado hasta ahora van desde las más insólitas, hasta las que parecen tener un mayor sentido político. Empecemos por lo insólito.

Encomienda celestial

Según esta explicación, resulta que la Virgen María ya no se le aparece sólo a pastorcillos, como aquellos niños ignorantes de Fátima en Portugal. Tampoco lo hace con jóvenes sencillas como Bernardita en Lourdes, Francia. Mucho menos lo haría en estos tiempos, como lo hizo alguna vez en México, ante personas humildes como el indio Juan Diego.

Parece que la Virgen ya cambió de estrategia. Ahora prefiere aparecerse ante los personajes del poder y el dinero. Éste fue el caso de Patricio Slim y de su amigo José Barroso Chávez, quienes habrían recibido la encomienda celestial de crear este nuevo partido durante una visita a Cleveland, Estados Unidos.

La historia que se vende a los potenciales militantes es que Patricio, hijo de quien disputa el título del hombre más rico del mundo, habría recibido la encomienda de cambiar el sistema político mexicano. Y para cumplir la disposición de la Santísima Virgen, debía fundar un nuevo partido político.

Por increíble y descabellada que parezca esta versión, lo verdaderamente insólito es que en un principio resultó creíble para aquellos acostumbrados a creer en casi todo. Fue el caso de algunos respetables líderes sinarquistas y yunquistas. Más aún si lo decía una persona tan respetable como el señor Patricio Slim.

Al menos, eso es lo que afirman ahora algunos decepcionados miembros de la Unión Nacional Sinarquista y del Yunque.

¿Cómo no creerle a Patricio Slim?, cuestionan algunos de estos creyentes. Sobre todo si Patricio se ha distinguido por participar activamente en organizaciones católicas como las fundaciones Familia Unida y Unión de Voluntades. ¿Por qué no creerle a alguien como Patricio Slim, que no necesita nada?

Decepcionante presidente

Para otros, el motivo por el que los Slim y otros hombres de empresa decidieron invertir en esta nueva aventura política es la enorme desilusión que ha generado en muchos panistas el desempeño del presidente Felipe Calderón.

Ahí hay un nicho de mercado para el nuevo partido político.

Quienes sostienen esta versión afirman que cada día son más los panistas que dicen que Felipe resultó mucho peor que Fox, porque se entregó más rápido a los enemigos históricos del PAN. Para muestra, ahí está el poder cedido al priísta y vicepresidente en funciones, Manlio Fabio Beltrones.

Son las voces que señalan que no van a quedarse con los brazos cruzados para esperar que el priísta sonorense tome posesión formal como presidente en 2012.

Acusan también a Calderón de haberse olvidado de los panistas de las bases, de los que hicieron posible que ganara la elección interna a contracorriente y a pesar de Fox. Aquellos que no le regatearon su apoyo en los momentos más difíciles de la elección constitucional.

Sin embargo, advierten que hoy son los priístas quienes tienen derecho de picaporte en Los Pinos. Están convencidos de que si el PAN insiste en mantenerse por ese camino, no sólo perderá todo en 2009, sino que prácticamente desaparecería en 2012.

Por eso, afirman, hace falta un nuevo partido político, uno que “recoja todos los anhelos y demandas de los panistas que hoy sienten que han sido traicionados”.

Partido bisagra

Para otros, la jugada de los Slim se explica como una media estratégica e inteligente. No se trata de abandonar al PAN a su suerte. Se trata de fortalecerlo porque, según esto, todos los partidos grandes necesitan tener a su lado un partido pequeño que les sea afín y que puedan controlar a su antojo.

Sobre todo cuando cada día es más difícil, si no es que imposible, construir una mayoría a partir de un solo partido. Sobre todo cuando ha habido ocasiones en las que unos cuantos diputados o senadores se convierten en el fiel de la balanza de las grandes decisiones políticas.

Por tanto, se requiere de un “partido bisagra” que sirva al PAN, como lo hace el Partido Verde con el PRI. O como lo hacen Convergencia y el PT con el PRD.

En cambio, el PAN ha tenido que jugar con el PANAL, de la maestra Elba Esther, con la que todos saben que se pueden hacer alianzas. Pero también saben que no se puede confiar en ella y que cobra muy caro por los acuerdos.

Cabilderos de oficio

Otra de las explicaciones que se empiezan a dar es que el imperio de los Slim necesita cabilderos de tiempo completo en el gobierno.

Y no es que algunos diputados y senadores no estén dispuestos a servir a sus intereses económicos, sino que cada día le suben el precio a sus pretensiones. O mejor dicho, a sus “protecciones”. Por lo tanto, si el juego de hoy se llama “partidocracia”, hay que tener un partido.

¿Cuál de estas razones fue la determinante para que los Slim se decidieran a invertir en esta aventura política llamada Solidaridad? ¿Por qué el nombre “Solidaridad”, palabra que todos los mexicanos asociamos con el movimiento político y social creado por Carlos Salinas de Gortari en los 90?

Sean cuales hayan sido las razones, el Partido Solidaridad es ya una realidad que fue posible gracias a la inyección de recursos económicos que recibió la Unión Nacional Sinarquista.

Sin embargo, no sólo el membrete de la Unión Nacional Sinarquista fue utilizado para construir el nuevo partido. En el proyecto también se usarían otras organizaciones no políticas, como Unión de Voluntades, Familia Unida y hasta El Yunque de Alberto Cárdenas, alias “El Caballo Negro”.

El que paga manda

Uno de los principios fundamentales del Partido Solidaridad, que no está incluido en sus estatutos pero todos lo conocen y lo siguen al pie de la letra, es que en este partido, el que paga manda.

Por eso se abandonó la idea de que se llamara Partido Humanista, como lo tenían planeado en sus orígenes los precursores yunquistas y sinarquistas. Si antes el Partido Humanista aparecía en la dirección de Internet tupartido.org.mx, ahora aparece como Partido Solidaridad en http://solidaridad.vincoorbis.com.

El dinero no sólo contó para decidir el nombre, sino también para decidir quiénes serían los dirigentes.

Los comentarios de Juan Sandoval de que los ricos, ricos, ricos son ladrones o hijos de ladrones, no fue para reivindicarse con los pobres y seguir las palabras Cristo, tuvo destinatarios específicos a quienes no se atrevió mencionar, pero que al día siguiente lo dio a entender al querer rectificar diciendo que se refería a los ricos de la lista de Forbes, esos destinatarios innombrable son nada menos que Carlos Slim, su Hijo Patricio y Lorenzo Servitje; les llamó ladrones no por que se hicieron dueños de Telmex con triquiñuelas o por que los precios de los productos de Bimbo suban de precios a capricho, sino por que le robaron al mismísimo Cardenal el control del nuevo partido que él, junto con su sequito de sinarquistas y de yunquistas , con sus hebras tal cual arañas tejían sin descuidar los espacios usurpados en el PAN y en el gobierno (Secretaria de Agricultura y Conagua); lo bautizarían como Partido Humanista y contemplaban poner como dirigente a René Bolio.

Por eso, los iniciadores del “movimiento humanista” fueron excluidos de los cargos de la dirigencia del nuevo organismo político.

Como era de esperarse, los militantes del Yunque, así como los sinarquistas, ya se dieron cuenta de que fueron utilizados por los dueños del dinero.

Por eso, se empiezan a filtrar los testimonios de los que contribuyeron –engañados según
ellos– para que los Slim tuvieran en la política su nuevo territorio Telcel.

Algunos operadores afirman que la franquicia salió en 100 millones de pesos, pero otros hablan de 200 millones.

Los desilusionados también aseguran que la forma en que trabajaron para hacer sus 22 asambleas y alcanzar un padrón de 250 mil militantes, se apegó al más viejo estilo del sistema, que se clona desde el PRI hasta el PAN y el PRD.

“Compraron delegados de 100 y 250 pesos que se repartían entre varios líderes que acarreaban gente en cada estado”.

Una forma muy poco cristiana de lograr el objetivo, sobre todo si se profesa la dignidad de la persona humana.

“Hubo lugares donde los líderes eran del PRD y del PRI, o incluso gentes de Elba Esther Gordillo.

Ellos fueron los encargados de acarrear a las asambleas a los asistentes. Claro, a la usanza y estilo ortodoxo del PRI: A cambio de una dádiva en efectivo”.

Cuentan que en Chiapas y Tabasco, conocidos operadores del PRD incitaron a la gente a linchar a los enviados del nuevo partido porque no les querían pagar la tarifa acordada.

Después de todo esto, los engañados están dolidos. Los más resentidos son los de la Unión Nacional Sinarquista y los yunquistas “de a pie”. Ellos fueron los que trabajaron, pero no figuran entre los consejeros. Y tampoco les cumplieron sus expectativas.

Hace tiempo, cuando René Bolio creyó que podía ser el presidente del nuevo partido, negó los rumores de que Solidaridad se construyera con recursos de Slim y Servitje.

Hoy, en cambio, está claro que ésas son las manos que mecen la cuna del nuevo partido y que a René Bolio ni siquiera le valió su disimulo.

Bolio, dicen, no fue incluido en la cúpula. Es un consejero común y corriente.

Walesa, El Vaticano y Salinas de Gortari

El concepto “solidaridad” no es nuevo. Diversos tratadistas y estudiosos de la doctrina social de la Iglesia lo han abordado. Sin embargo, el término se hizo famoso en los años 80, cuando Lech Walesa y el Papa Juan Pablo II doblegaron a la dictadura rusa en Polonia con la bandera de Solidaridad.

En México, el concepto tuvo un éxito inusitado. Tanto, que sirvió para que el presidente Carlos Salinas denominara toda la acción social de su gobierno con el nombre “Solidaridad”.

Este mandatario alcanzó su nivel más alto de popularidad cuando “Solidaridad” se extendió a lo largo y ancho del país. Entonces, Salinas aseguró que su sucesor sería alguien comprometido con “Solidaridad”.

Sin embargo, el asesinato de su candidato Luis Donaldo Colosio terminó con ese sueño y con la idea de transformar al PRI en el Partido Solidaridad.

El liberalismo social que desplegó el ex Presidente está a punto de retoñar gracias a Carlos Slim, el hombre que recibió de Salinas la monopólica concesión de la telefonía.

Hoy como ayer, se pretende utilizar el viejo y popular concepto católico de la solidaridad para atraer al electorado mexicano. Se estima que Solidaridad captaría a un segmento que representa al menos 10 por ciento del voto duro de los ciudadanos católicos que simpatizan con ese concepto.

El sueño de Carlos Salinas está a punto de ser realidad, rebasando a la derecha por la derecha, con el carro de Carlos Slim. Como en toda criatura que nace, la carga genética de los padres aparece en alguna parte del cuerpo. El lema del PRI es “Democracia y Justicia Social”. El del nuevo partido es “Vida, Familia y Justicia Social”.

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