El pasado viernes dos de agosto de 2024, me reuní con mis compañeros de la prepa del Centro Universitario México (CUM) para un "brunch" de reencuentro en el Sirloin de la Roma después de haber sido invitado por Ángel Soriano y César Sosa. Entre risas y anécdotas, uno de los asistentes, mi amigo Enrique Díaz mencionó que tenía una vieja discusión con la esposa de su socio sobre el origen de la frase "pura vida". Ella, siendo costarricense, sostenía que la expresión era originaria de Costa Rica, mientras que Enrique insistía en que su origen era mexicano, e incluso la atribuía a algún personaje de Chespirito.
La conversación me hizo recordar la primera vez que escuché la frase "pura vida". Fue en la película "Easy Rider", donde los personajes interpretados por Dennis Hopper y Peter Fonda viajan a México a comprar drogas. En una escena memorable, un narcotraficante mexicano prueba la droga y, en un tono eufórico, repite "pura vida, pura vida". Esta referencia cinematográfica me llevó a una época anterior, al cine de oro mexicano, y recordé que había una película protagonizada por algún comediante de la talla Tintan en la que se popularizó la expresión.
Enrique, con su curiosidad avivada, me encomendó la tarea de investigar el verdadero origen de "pura vida". Mi investigación reveló una fascinante historia que conecta a México y Costa Rica a través de la cultura popular y el cine.
Según el periodista Randall Corella del periódico costaricense, La Nación, (https://www.nacion.com/viva/cine/la-pelicula-que-nos-heredo-el-pura-vida/TAPGNPD65NFFPAOPNN5TL4IXLU/story/) la frase "pura vida" se originó en la película mexicana "Pura Vida", estrenada en 1956 y protagonizada por Antonio Espino y Mora, conocido como Clavillazo, y acompañado por Ramón Valdez (hermano de Tintan y conocido por su personaje de Don Ramón en el chavo del ocho) y con la colaboración del mismísimo dios del mariachi José Alfredo Jimenez. En esta comedia, Clavillazo encarna a un personaje que, frente a las adversidades, responde con un optimismo inquebrantable y una sonrisa permanente, siempre acompañada de la exclamación "¡pura vida!".
La película, dirigida por Gilberto Martínez Solares, se convirtió en un éxito en México y, eventualmente, la frase comenzó a resonar en Costa Rica. A finales de los años 50 y principios de los 60, los costarricenses adoptaron "pura vida" y le dieron un significado más profundo, transformándola en una expresión de su identidad nacional y una filosofía de vida que celebra la simplicidad, la alegría y la conexión con la naturaleza.
En Costa Rica, "pura vida" se utiliza como saludo, despedida, agradecimiento y afirmación de bienestar. La frase encapsula la actitud positiva y relajada de los ticos, similar a cómo en México decimos "a toda madre". Se ha convertido en un emblema nacional y un símbolo de la hospitalidad costarricense, atrayendo a turistas de todo el mundo que buscan experimentar la auténtica "pura vida".
En nuestra reunión, Enrique nos compartió un par de shots de 400 conejos y la verdad la pasamos a "toda madre", lo cual fue un hermoso ejemplo de cómo la cultura puede trascender fronteras y épocas, uniendo a diferentes países a través de un espíritu común de optimismo y gratitud. La próxima vez que escuchemos "pura vida", recordaremos no solo su origen cinematográfico, sino también su profundo significado en la vida cotidiana de nuestros amigos costarricenses. Disfruta tu viaje Quique y que siempre la pases: a toda "pura vida" cabrón!
Para los que no hayan visto la película aquí les dejo el link de Youtube donde está completa: https://youtu.be/5zLJeSrZiTs?si=uogeSKeFTYBNznYk