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jueves, octubre 18, 2007

ÍTACA


Recuerdo cuando leí la Odisea en mi niñes, me encantaban ya desde entonces las historias de viajes a lugares remotos, donde lo real y lo fantástico se confundían. Así seguí el recorrido literario por otros libros o relatos de viajes imaginarios, Simbad, Gulliver e incluso El Señor de los Anillos.
Sin embargo, también recuerdo como me intrigaba, valga la redundancia, la curiosidad de Ulises. El como, su afán por observar y entender todo, lo llevo a arriesgar a sus hombres que en varias ocasiones, pereciendo o accidentandose irremediablemente hasta quedarse casi solo y desamparado. ¿Era inconsciente el actuar de Ulises?, no me pareció que sus gentes no le importaran, pues muchas veces hizo todo lo posible para rescatarlos. Entonces si, era inconsciencia pura lo que hacia errar tanto al protagonista de la Odisea.

La inconsciencia, el ignorar como nuestros actos pueden afectar a los demás y nuestro entorno, es el peor de los vicios que acostumbramos mantener. Es mi deseo frenar mi propio desconocimiento, escribo para conocerme, otro Ulises, "el Ulises" de Joyce, me enseño que cada día es un maestro, que contiene todo, que puede extenderse a nuestra vida completa, como la hoja del roble puede representar a todo el árbol. Si mis actos tienen consecuencias entonces tengo que preverlas lo mas posible, sobre todo si involucran a terceros.

Tania me envio este poema de Constantinos Kavafis, me dijo que ella lo puso hace años sobre su escritorio para no olvidarse del camino. Ella lo compartió conmigo ayer, ahora yo hago lo mismo con ustedes. Por si la recurrencia no pudiera ser mas contundente.

ÍTACA

Cuando empieces tu ida hacia Ítaca,

desea que el camino sea largo,

lleno de peripecias, lleno de conocimientos.

A los Lestrígones y a los Cíclopes,

al encolerizado Poseidón no temas,

tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,

si tu mirada permanece alta, si una escogida

emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.

A los Lestrígones y a los Cíclopes,

al fiero Poseidón no los encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si tu alma no los coloca delante de ti.

Desea que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas estivales

en que con cuánta satisfacción, con qué alegría

entrarás en puertos por primera vez vistos.

Haz un alto en los mercados fenicios,

y adquiere hermosas cosas,

nácares y corales, ámbares y ébanos,

y sensuales perfumes de todas clases,

los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.

Visita muchas ciudades egipcias,

aprende y aprende de los instruidos.

Siempre en tu mente ten a Itaca.

La llegada a allí es tu destino.

Pero no precipites el viaje en absoluto.

Es mejor que muchos años dure.

Y que, ya anciano, arribes a la isla,

rico con cuanto obtuviste en el camino,

sin esperar que riquezas te dé Itaca.

Itaca te dio el hermoso viaje.

Sin ella no hubieras emprendido el camino.

No puede darte nada más.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.

Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,

ahora ya habrás comprendido qué significan las Itacas.

martes, octubre 09, 2007

Tuve un hermano


La polémica personalidad de Ernesto "Che" Guevara, vuelve a nuestro recuerdo hoy que se conmemoran 40 años de su muerte.

"Asesino aventajado" de los traidores en sus filas dicen unos.

"Muy pocos hombres renuncian a su vida, a su familia, al poder fáctico, por pasar hambres y situaciones riesgosas, solo para perseguir un ideal, sea bueno o malo", dicen otros.

El "guerrillero santo", el rostro que vende las playeras, el slogan publicitario, el ideal del rebelde, del revolucionario, el "Cristo" del nuevo milenio, el valiente y el temeroso, un visionario o un fracasado. Todo eso fue el "Che". Pero los ideales siempre trascienden al hombre, es su rescate de la idea de Bolívar lo que hoy nos queda: AMÉRICA LATINA LIBRE Y UNIDA.

Un ideal que puede parecer imposible pero no lo es, esa es la otra enseñanza: No hay imposibles. Solo personas de pensamiento limitado.

Tal vez mi admiración por ese hombre que cruzó las fronteras de la Patagonia hasta el rió Bravo, que tomó su fusil y se subió al monte, responda meramente a razones subjetivas. Pero si personas mas brillantes y sobresalientes, como Julio Cortazar, Jorge Luis Borges y Gabriel Garcia Márquez se han sentido de la misma forma hacia el Che, quien soy yo para querer actuar de otra forma.








Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.

Lo quise a mi modo
le tomé su voz
libre como el agua.

Camine de a ratos
cerca de su sombra
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Julio Cortázar