sábado, abril 08, 2006

"eL vEnAdO Y eL cOLIbRI", 7tma parte

<<<<----SIGUE DE

La noticia entusiasmó también a Amatl y ambos aceleraron su paso con la esperanza de llegar más pronto al lugar que donde podrían salvar a todos los seres del Gran bosque viejo.
Mantuvieron la marcha toda la noche y cuando aclaraba el nuevo día, Huitzol nuevamente ascendió muy alto para ubicar nuevamente la montaña pero grande fue su sorpresa cuando se percató que esta no se encontraba más donde la viera el día anterior. El colibrí no encontró explicación a lo ocurrido y descendió enfadado a comentarlo con Amatl. Ambos reflexionaron sobre la posibilidad de que Huitzol se hubiera confundido con algo mas o el que los deseos de llegar a la meta le hubieran hecho alucinar. Al día siguiente el colibrí se elevó por los aires y nuevamente divisó en la lejanía la supuesta montaña, lo informó al instante a su hermano. Por este motivo decidieron proseguir su marcha durante el día, sin importarles el calor abrasador, pues era la única forma de no perder de vista a la anhelada montaña. Pero al llegar la tarde el colibrí se elevo nuevamente para confirmar la ruta y con angustia contempló que la montaña había desaparecido una vez mas.
Amatl comenzó a creer que su hermano se había dañado por el calor de los dias anteriores pero guardó sus comentarios para no hacer sentir mal a su hermano y amigo. Ese dia ocurrió que nuevamente Huitzol divisó la escurridiza montaña, ellos reanudaron su camino para encontrarla, lamentablemente esta volvió a desaparecer. Esa noche fue la primera vez que los inseparables amigos pelearon, pues muchas veces se tienen visiones distintas de un mismo hecho, la discusion fue larga y pareciera no tener solución pero antes del amanecer sus orgullos se hicieron aun lado y finalmente hubo un reencuentro. Prosiguieron su marcha durante el día y justo cuando el sol se encontraba en el cenit, Amatl contempló frente a él, a unos cuantos pasos de distancia, un gran montículo de tierra, que relacionó inmediatamente con lo que el pequeño colibrí había visto anteriormente.
Huitzol salió de debajo de su hoja plateada donde se encontraba descansando, intrigado por la pausa de amatl y trinó alegre cuando descubrió el montículo que tan difícil les había sido encontrar. Amatl se disculpó ampliamente con su hermano que daba vueltas por los cielos reconfortado por comprobar que no había alucinado.
Entonces los dos se encaminaron hacia la enigmática montaña y sucedió que conforme mas se acercaban, comenzaron a observar ondulaciones en la arena, que producían hermosas figuras de todo tipo, era como si el desierto estuviera vivo y tratara de comunicarles algún mensaje pero que ellos no alcanzaban a entender, de pronto cuando se encontraron lo mas cerca de el gran montículo de arena, este se altero ante la llegada de las criaturas del bosque y comenzó a estremecerse, una gran boca se formo en el, pero mas sorprendente aun fue cuando acabó con el desolador silencio del desierto y con gran estruendo prorrumpió -¿Qué buscáis aquí? –dijo la potente voz y continuó -¿Acaso los ha enviado mi hermano a molestarme?

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